SOCIEDAD DE TRASPLANTES DE LATINOAMÉRICA Y DEL CARIBE
Hace 50 años de los primeros trasplantes exitosos de riñón. En esos tiempos, el conflicto ético más importante era la toma de decisiones frente a una forma terapéutica sin experiencia aún. Hoy, de alguna manera, los trasplantes constituyen una forma de terapia eficaz, de uso frecuente y aceptado universalmente por sus resultados. Por lo tanto, las consideraciones éticas para su aplicación transcurren por otros niveles de análisis.
En el contexto de los trasplantes de órganos, la justicia distributiva (escasez de órganos), la beneficencia, el respeto por la autonomía (consentimiento informado o rechazo conformado), la no maleficiencia y la protección del donante, el empleo de órganos de poblaciones vulnerables, la experimentación con nuevas drogas y nuevas técnicas quirúrgicas y la clonación, entre otros, adquieren especial importancia que, sumados al innegable carácter interdisciplinario del trasplante, lo convierten en un claro objeto de la bioética.
El marco ético legal en los distintos países que conforman la región de Latinoamérica y el Caribe, muestra diferencias en su contenido y aplicación. Esta circunstancia hace que se limite en muchos sentidos la cooperación, la optimización y el resultado de los trasplantes. Uno de los ejemplos más lamentables en la no articulación de las legislaciones entre países vecinos, es la posibilidad abierta hacia el comercio de órganos de sujetos vulnerables que más allá de las implicaciones legales, constituye uno de los peores avasallamientos de la dignidad de las personas.
LA SOCIEDAD DE TRASPLANTES DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE, teniendo en cuenta la alta responsabilidad que les cabe a los médicos Trasplantólogos y a la comunidad toda de esa región, y con el objeto de colaborar activamente en la gestión de armonización de los contenidos de las leyes y normas que regulan en los distintos países la actividad de los trasplantes de órganos, creó la Comisión de Bioética de la misma, cuyos objetivos son:
- Contribuir a la armonización de los contenidos de leyes y normas para trasplantes en los países de Latinoamérica y el Caribe.
- Intervenir activamente en los programas de educación de la población acerca de la donación de órganos.
- Promover la formación con respecto a los temas que se relacionan con el trasplante, como los conceptos de salud y enfermedad, muerte, solidaridad y altruismo entre otros, en todos los niveles educativos.
- Avanzar a través de los propósitos y acciones de la bioética hacia la Construcción de caminos que, rescatando las profundas raíces culturales de sus pueblos, hagan posible una verdadera identidad latinoamericana.
DOCUMENTO DE LA SOCIEDAD DE TRASPLANTES DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE, ACERCA DEL TURISMO EN TRASPLANTE, 27 DE MARZO, 2008. CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA.
El Comité de Bioética advierte con gran preocupación el recrudecimiento de problemas acuciantes como el tráfico de personas para la comercialización de órganos y lo que se ha dado en llamar "Turismo de Trasplantes", adhiriendo plenamente en el tema a la reciente Declaración de Estambul.
Es claro que la expresión "tráfico de órganos", sin ningún tipo de acotación, reconduce al diálogo por sendas fantasiosas y hace lugar común en leyendas urbanas.
Con claridad meridiana se sabe que hablamos de trata de personas, por lo general con necesidades básicas insatisfechas y movilizadas burlando fronteras, leyes y autoridades, con la sola finalidad de convertirlas en un pool privado de órganos de los sectores más aventajados de la sociedad. Se trata de operadores de distintos países intermediando entre desesperados vitales.
Afortunadamente la ciencia y la técnica han hecho del trasplante una práctica corriente en el tratamiento de la perdida de la función orgánica. Pero tan fabulosos son los logros como desgarrador resulta asistir a la mercantilización del intercambio de órganos. Con la necesaria asistencia de expertos, hombres y mujeres pactan pagar un canon a otros a cambio de que éstos les den parte de su cuerpo. No se trata de una alarma sin fundamento, sino de vigencias cotidianas con el aval de quienes juraron cuidar de sus semejantes. Así, como en el resto del mundo, esta praxis conmueve las bases de los sistemas de seguridad social de los distintos países por la dignidad de las personas.
Este comité ya avizoraba estos temas en la declaración de sus objetivos (Punta del Este, 2004).
Esto debe poner en alerta a las más altas autoridades de los países de la región, a los ministros religiosas de las diferentes confesiones, a los líderes políticos, que no estén en funciones gubernamentales pero con amplias responsabilidades socioculturales, al empresariado en general y a la comunidad científica en su conjunto.
Por ello, la SOCIEDAD DE TRASPLANTES DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE EN CONJUNTO CON SU COMITÉ DE BIOÉTICA: REPUDIA ENFÁTICAMENTE ESTAS PRÁCTICAS, asumiendo la defensa irrestricta de los derechos humanos y poniendo a disposición de la autoridades competentes la tarea de sus miembros, para trabajar por la ARMONIZACIÓN LEGISLATIVA EN LA REGIÓN; Promover especialmente la PROTECCIÓN A LOS SUJETOS VULNERABLES, favorecer los lazos de COOPERACIÓN ENTRE LOS COMITÉS DE BIOÉTICA REGIONALES y participar activamente en cuanto fuera necesario para retornar a la vigencia de los VALORES Y PRINCIPIOS MORALES en el ámbito de la Trasplantología en esta región de América.